Hoy, 26 de octubre, Venezuela conmemora el 160° aniversario del natalicio de José Gregorio Hernández, un médico y humanista que ha dejado una huella indeleble en la historia del país y en el corazón de su pueblo. Nacido en 1864 en Isnotú, estado Trujillo, Hernández se destacó por su dedicación a la medicina y su vocación de servicio, convirtiéndose en un símbolo de amor al prójimo y compasión.
Desde joven, José Gregorio mostró un interés profundo por la medicina, lo que lo llevó a estudiar en la Universidad Central de Venezuela y posteriormente en París, donde se especializó en diversas áreas de la salud. Su formación académica y su compromiso con el bienestar de los más necesitados lo llevaron a trabajar incansablemente en hospitales y comunidades, brindando atención médica a quienes no podían acceder a ella.
Hernández no solo fue un médico excepcional, sino también un hombre de fe. Su vida estuvo marcada por un profundo sentido de espiritualidad que lo llevó a ayudar a los enfermos y desamparados. Se le recuerda por su famosa frase: «El médico debe ser un apóstol del bien». Esta filosofía de vida ha inspirado a generaciones de profesionales de la salud en Venezuela y más allá.
En reconocimiento a su legado, el pasado 30 de abril de 2021 la Iglesia Católica beatificó a José Gregorio Hernández, quien es considerado por muchos como un santo. Su figura se ha convertido en un faro de esperanza para los venezolanos, especialmente en tiempos difíciles.
Las celebraciones por su natalicio incluyen misas, actos culturales y jornadas de atención médica en varias ciudades del país. La Fundación Misión José Gregorio Hernández y el Consejo Nacional para las Personas con Discapacidad (CONAPDIS) han organizado una jornada integral para ofrecer servicios médicos y sociales a las comunidades, reafirmando el compromiso del Dr. Hernández con el más necesitado.
Este año, la conmemoración no solo celebra su vida y obra, sino que también invita a reflexionar sobre la importancia de la solidaridad y el servicio a los demás. En un mundo donde el egoísmo y la indiferencia parecen prevalecer, el legado de José Gregorio Hernández nos recuerda que cada acto de bondad cuenta.
A 160 años de su nacimiento, José Gregorio Hernández sigue siendo un símbolo de esperanza y un ejemplo a seguir para todos los venezolanos. Su vida nos enseña que el verdadero propósito de la medicina es sanar no solo el cuerpo, sino también el alma