En Venezuela, más de tres millones de personas conviven con algún tipo de discapacidad. Sin embargo, la mayor barrera que enfrentan no está en sus limitaciones físicas, sensoriales o cognitivas, sino en los prejuicios que la sociedad mantiene hacia ellas. Cambiar la mirada es el primer paso para construir una nación más inclusiva.
Decir “discapacitado” no es lo mismo que decir “persona con discapacidad”. La primera expresión reduce a la persona a su condición, mientras que la segunda reconoce que, antes que cualquier limitación, hay un ser humano con derechos, talentos y aspiraciones. Tanto la Ley Orgánica para la Inclusión, Igualdad y Desarrollo Integral de las Personas con Discapacidad como la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad establecen que el lenguaje inclusivo es una herramienta fundamental para garantizar la dignidad.
En las calles, en los lugares de trabajo, en las aulas y hasta en los propios hogares persisten frases y actitudes que reflejan estigmas: “Son una carga para la familia y el Estado.”, “No pueden trabajar ni estudiar,” “Son dependientes para toda la vida,” “La discapacidad es una enfermedad” y “No pueden participar en la vida comunitaria ni política.” Estos prejuicios, muchas veces repetidos sin pensar, generan exclusión y profundizan desigualdades.
Los prejuicios se convierten en barreras más difíciles de superar que la propia discapacidad. Limitan el acceso a la educación, restringen oportunidades laborales, niegan el disfrute de los espacios públicos e invisibilizan a una parte importante de la población. La discriminación cotidiana también alimenta la pobreza y reduce la participación social de las personas con discapacidad.
Para la presidenta del Consejo Nacional para las Personas con Discapacidad (CONAPDIS), Soraida Ramírez Osorio, el reto es que la sociedad venezolana debe comprender que la discapacidad no define a las personas. Lo que limita de verdad son los prejuicios y la falta de accesibilidad.
En Venezuela, más de tres millones de personas viven con alguna discapacidad. Las discapacidades más comunes son: física o motora, visual, auditiva, intelectual, psicosocial y múltiple. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la Ley Orgánica para la Inclusión, Igualdad y Desarrollo Integral de las Personas con Discapacidad y la Convención de las Naciones Unidas garantizan igualdad de derechos y oportunidades.
Romper los prejuicios no es un favor, es un deber ciudadano. Apostar por la inclusión significa reconocer la diversidad como un valor y no como una carga. Los medios de comunicación, las instituciones y cada persona tienen un papel que cumplir en esta transformación cultural.
Este es solo el inicio de una serie de trabajos que explorará, uno a uno, los prejuicios hacia las distintas discapacidades en Venezuela. El camino hacia una sociedad verdaderamente inclusiva comienza con la forma en que miramos a quienes han sido históricamente excluidos.