Caracas – En conmemoración al Dia Internacional de la Sordoceguera en Venezuela, las personas con esta condición enfrentan diariamente una realidad marcada por el aislamiento, la falta de accesibilidad y la ausencia de políticas públicas efectivas que respondan a sus necesidades. A pesar de estar protegidas de acuerdo al artículo 59 de la Ley Orgánica de Inclusión, igualdad y Desarrollo Integral de las Personas con Discapacidad y por tratados internacionales como la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD), ha sido reconocida oficialmente como una condición única en todos los niveles de gestión pública.
El Consejo Nacional para las Personas con Discapacidad (CONAPDIS) han promovido actividades de sensibilización y formación en la materia. No obstante, la cobertura nacional sigue siendo muy limitada, y muchas personas sordociegas dependen exclusivamente del apoyo familiar o comunitario.
A pesar de las dificultades, existe esperanza. Algunas instituciones educativas están comenzando a formar a guías-intérpretes, figura clave para la comunicación de personas sordociegas. Asimismo, se han dado pasos importantes en la difusión de lenguas táctiles, como el alfabeto dactilológico en palma, y el uso del Braille combinado con señas adaptadas a través de la Coordinación Nacional de Comunicación Accesible (SENACOA) de CONAPDIS.
La sordoceguera no debe seguir siendo una categoría periférica en la agenda de discapacidad del país. Las personas con esta condición no son invisibles; es la sociedad la que muchas veces cierra los ojos y los oídos ante su existencia. En Venezuela, hay personas que no ven y no oyen, pero que sí sienten, piensan, luchan, y comunican, es más que una doble discapacidad, es una forma de existir, de resistir, de reinventar la conexión humana.
Muchos viven en el silencio, no por su condición, sino por la indiferencia social. Hoy, decidimos darles voz. Porque solo con empatía, conocimiento y acción, podemos construir un país verdaderamente inclusivo.
